La institución del autoengaño basado en la ignorancia y la comodidát de adjudicarle un origen paranormal a fenómenos físicos naturales es tan antigua como el hombre: las primeras civilizaciones creían que la lluvia era un regalo de los dioses; los egipcios confiaban que el sol salía cada mañana a voluntad de Ra; los indígenas aseguraban que las plantas crecían gracias a la Pacha Mama; y ahora -en pleno siglo XXI- todavía hay gente que dice poder corroborar la existencia de energía negativa en un ambiente utilizando ingredientes que cualquier ama de casa -incluso personas normales- tiene en su heladera.
La experiencia es bastante simple: solo requiere tiempo, paciencia y un poco de google para sumengirnos en el fascinante mundo de la ciencia y desmentir, una vez más, a los que creen estas giladas.
Por más absurdo que parezca, mis segnores padres llevaron acabo este experimento y comprobaron que la clara efectivamente había tornado blanca en algunos sectores.
LaMadre, no conforme con los resultados, hizo la misma prueba pero debajo de la mesada, en la cocina: el huevo presentaba las mismas características, aún ante la ausencia de personas que irradien la supuesta energía.
Entonces, la pregunta ahora es: ¿Cómo se explica la falta de criterio discriminatorio del huevo?
La respuesta es simple: el huevo no discrimina energías ni lugares porque se trata de un proceso natural. Osea que si hicieramos lo mismo en una cárcel o en una plaza, el resultado sería siempre igual.
Fundamentar mi postura supuestamente es fácil con la ayuda del Todopoderoso Google, pero leyendo sobre la vida y obra del huevo, me encontré con una emboscada:
Si sabemos que el huevo que dejamos toda la noche bajo la cama no entró en contacto con ninguno de esos 3 factores y sin embargo cambió de color, ¿a qué podríamos atribuirle ese fenómeno?
¿Acaso el agua de la canilla posee minerales suficientes como para ser considerada una solución salina? ¿Podría ser la oxidación natural de las capas superficiales o la disolución de las proteínas con el agua? ¿O a pesar de todo sí es cierto el mito de las energías?
Como no tenía más ganas de seguir invirtiendo mi tiempo en esta estupidez, decidí hacer lo que cualquier argentino en mi situación haría: delegarle el trabajo a otra persona.
Fue entonces cuando se me ocurrió enviar los interrogantes vía mail a un grupo de profesionales idóneos.
Ésto fue lo que recibí:
Pareciera que al objeto de estudio del instituto se lo toman muy en serio y se la pasan haciéndole honor al nombre.
Como conclusión final, sólo me resta decir que no desperdicien comida en experimentos inútiles. Ni para probar la existencia de mierdeces negativas ni para refutar su efectividát.
Por lo pronto, yo ya sé a que Instituto me voy a anotar para trabajar cuando me reciba.
Cambiando violentísimamente de tema, quiero agradecer las menciones que tuve el gusto de recibir sorpresivamente en mi mail ayer:
Gracias, che.
Comentarios:
# Trackback: Posteado por: Adria el día 27.12.05
La experiencia es bastante simple: solo requiere tiempo, paciencia y un poco de google para sumengirnos en el fascinante mundo de la ciencia y desmentir, una vez más, a los que creen estas giladas.
OBJETIVO: Determinar la existencia de energia negativa
ELEMENTOS A UTILIZAR
- 1 Huevo
- Agua
- 1 Recipiente de plásticoTECNICA
Todos los seres humanos estamos hechos de energía, la cual si se irradia en exceso (considerándose negativa) provoca cambios físicos en la materia.
METODO
En un recipiente mediano se agrega agua hasta completar las 3/4 partes. A continuación, se descascara un huevo crudo y se añade al agua, cuidando que la yema no se rompa.
Esta preparación debe hacerse a la noche, a la hora de dormir, y colocarse bajo la cama para que repose hasta el día siguiente.CONCLUSIONES
1) Si el huevo permanece en el mismo estado en el que fué puesto, se descarta la existencia de energía negativa.
2) En cambio, si el huevo aparece cocido, estamos ante la precencia de un ambiente cargado de energía negativa.
Por más absurdo que parezca, mis segnores padres llevaron acabo este experimento y comprobaron que la clara efectivamente había tornado blanca en algunos sectores.
LaMadre, no conforme con los resultados, hizo la misma prueba pero debajo de la mesada, en la cocina: el huevo presentaba las mismas características, aún ante la ausencia de personas que irradien la supuesta energía.
Entonces, la pregunta ahora es: ¿Cómo se explica la falta de criterio discriminatorio del huevo?
La respuesta es simple: el huevo no discrimina energías ni lugares porque se trata de un proceso natural. Osea que si hicieramos lo mismo en una cárcel o en una plaza, el resultado sería siempre igual.
Fundamentar mi postura supuestamente es fácil con la ayuda del Todopoderoso Google, pero leyendo sobre la vida y obra del huevo, me encontré con una emboscada:
El cambio de color de la clara se debe a la desnaturalización de las proteínas que la componen, la cual se produce por:
1) exponerse a una temperatura mayor de 60ºc
2) batirse
3) entrar en contacto con soluciones salinas/ácidas.
Si sabemos que el huevo que dejamos toda la noche bajo la cama no entró en contacto con ninguno de esos 3 factores y sin embargo cambió de color, ¿a qué podríamos atribuirle ese fenómeno?
¿Acaso el agua de la canilla posee minerales suficientes como para ser considerada una solución salina? ¿Podría ser la oxidación natural de las capas superficiales o la disolución de las proteínas con el agua? ¿O a pesar de todo sí es cierto el mito de las energías?
Como no tenía más ganas de seguir invirtiendo mi tiempo en esta estupidez, decidí hacer lo que cualquier argentino en mi situación haría: delegarle el trabajo a otra persona.
Fue entonces cuando se me ocurrió enviar los interrogantes vía mail a un grupo de profesionales idóneos.
Ésto fue lo que recibí:
De: instituto de estudios del huevo [institutohuevo@institutohuevo.com]Ni hablar de la cantidad de chistes que se me cruzaron por la cabeza ante la prominente ausencia de ganas de esta mujer en responder.
Para: misdoscentavos@gmail.com
Fecha: 27-dic-2005 7:05
Asunto: RV: CONSULTA
Estimado Adriá:
gracias por dirigir su consulta al Instituto de Estudios del Huevo. En relación a su consulta, lamentamos no poder darle información al respecto, ya que habría que ver la composición del agua en la que sumergió el huevo para buscarle la explicación adecuada.
Le saluda atentamente,
María del Mar Fernández
Departamento Técnico
Pareciera que al objeto de estudio del instituto se lo toman muy en serio y se la pasan haciéndole honor al nombre.
Como conclusión final, sólo me resta decir que no desperdicien comida en experimentos inútiles. Ni para probar la existencia de mierdeces negativas ni para refutar su efectividát.
Por lo pronto, yo ya sé a que Instituto me voy a anotar para trabajar cuando me reciba.
Cambiando violentísimamente de tema, quiero agradecer las menciones que tuve el gusto de recibir sorpresivamente en mi mail ayer:
Gracias, che.
Comentarios:
# Trackback: Posteado por: Adria el día 27.12.05
