Uno de los episodios más memorables -que quedará registrado para la posteridát en este blog- se produjo en la calle.
Ibamos Eien y yo felices y contentos por la vida hablando sobre la importancia de ser peronistas, cuando diviso a dos hombres sentados en la vereda, más bien apoyados contra la puerta de un garage.
Sin más, seguimos caminando y les pasamos por al lado, cuando los reos osaron dirigirnos la palabra:
Vago1: Ehhhhh pero que lenda novia que tenéee eeeehhh
Bueno, pero siguen:
Vago2: Iiihhhh el novio también ihh el pibe está leendo
JAJAJAJAJAJJAJAJjjJAJjajJAJajJAJJajJAJjaj!!
Quién lo hubiera imaginado. Hasta los vagos se vienen liberales. Ya me imagino que la próxima moda va a ser la de los cartoneros swingers, que se intercambian los changuitos por una noche.
Y ahí nomás nos fuimos a paso ligero... no vaya a ser cosa que lo empezaran a acosar a mi hermano JAJAJAJA. Pobre, como lo gasté el resto del día.
Las palabras claves de la salida: Vorágine y Confort. Memorizenlás, y repitanlás 50 veces por día en distintos ámbitos sociales. Entre todos podemos ponerlas de moda.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 25.7.05
Es por el torneo de curso juvenil introductorio al tiro deportivo, pero denme crédito, es la primera vez que gano algo decente jajajajajajaja.
Y en breve, un post de verdát con dibujitos y todo. Agur.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 16.7.05
Si bien los de damas eran particularmente rasposos e incómodamente pequeños (lo cual hace comprensible su deshuso) los de hombres eran muy acolchonaditos, con muchos pliegues y elegantes.
La verdat no entiendo. Si yo fuera un tipo, tendría un pañuelo de tela. Después de todo, como de costumbre en los círculos de vanguardistas frustrados que persiguen lo retro, hasta a lo mejor se vuelve moda.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 11.7.05
La cuestión es simple: hay que pintar las paredes de la cocina y hacerle una bonita pátina que texture con un color contrastante.
En otro momento de mi vida me hubiera escupido a mi misma por decir eso, pero estamos en una etapa de crisis y es imperiosamente necesario darle una nueva imagen a la casa.
Primeramente, pensé en una esponja marina para el segundo paso de la decoración, según lo harían en la tele. Entonces fuí con mi señora madre a una artísica, donde recibí uno de los peores golpes de mi vida: me enteré -por medio del vendedor- que la esponja marina es un animalito.
Qué croeldát. Encima nisiquera tenía una para venderme, así que volvimos con las manos vacías.
A todo esto, si la esponja marina efetivamentéc es un animal, ¿No deberían ir estos compadritos de GreenPeace con botes y pancartas a lo de Bricolage para detener la explotación ilegal de seres vivos? ¿O solo porque no tiene ojitos tiernos ni piel extirpable no es digna de ser protegida?
Yo diría que sí y ya mismo me pongo en campaña para detener este genocidio esponjil.
Bueno, no.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 9.7.05
Hace poco escribí que me molestaba que una multinacional se quedara con mi vuelto sin preguntarme, cuando bajo otras cirscunstancias, yo sí estaría dispuesta a cederlo. En definitiva, lo que realmente me encabrona son las malas maneras, especialmente, cuando son explícitas.
Yo venía caminando apurada para acá, cuando se me cruza un hombre de masomenos treintipico de años y se produce el siguiente diálogo:
Vagodemierda: Ehhh no tené 40 centavo' ?A ver, ayundenmé... ¿Qué conclusiones puedo sacar yo de eso?
Adria: No.
Vagodemierda: Ehh dale, 40 centavo pal bondi ehhh
Adria: No, no tengo.
Vagodemierda: Ehh dale que vo tené, culo roto.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 7.7.05
"Estaba en camino hacia una reunión con mis cofrades y se me había hecho muy tarde por culpa de un alineamiento planetario que hizo que todos los medios de transporte públicos disminuyeran considerablemente la frecuencia de su servicio ese día, dejándome a mí y demases viejas varias en la eterna espera de un tren que ya pasó.
Media hora de retraso. Supuse que a esa altura mis amigos me iban a estar esperando con piedras en la mano, prestos a lapidarme apenas me vieran.
Una vez a cuadras del lugar de encuentro, bajé la cabeza, crucé los brazos sobre el pecho -y cual rugbier desaforado- arremetí contra la chusma de gente y apuré el paso.
Paré en la esquina porque el semáforo no me favorecía, y para descansar, levanté la cabeza de nuevo y miré al horizonte.
Para mi más completa desgracia, visualizé del otro lado de la calle a la muchachada impaciente: 5 pares de ojos acusadores clavados en mi ínfima persona..."
En este punto del relato, la cantidad de descenlaces posibles son tantos como personas existen.
Sin embargo, el problema no es el final de la escena, sino el "mientras tanto".
El hecho de establecer contacto visual con alguien que nos está esperando a lo lejos supone una incomodidad ancestral: qué hacer mientras nos acercamos.
¿Hacemos muecas? ¿Alzamos nuestros brazos como queriendo decir "Ya llegué"? ¿Fingir que no lo hemos visto y "sorprendernos" recien a los 2 metros? ¿Reir histéricamente? ¿Mirar para otro lado? ¿Caminar de forma chistosa para hacer alguna gracia?
Cualquiera sea la elección, nunca vamos a tener una opción digna.
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# Trackback: Posteado por: Adria el día 3.7.05













